CONTEXTO HISTORICO - SOCIAL
Hacia fines del siglo XIX y comienzos del xx, se afianzaron la filosofía positivista, -representada por el pensamiento del francés Auguste Comte (1798-1857)- y el materialismo económico, basados ambos en una fe incuestionable en la razón, el progreso y el conocimiento científico de la realidad. Los grandes avances tecnológicos en las comunicaciones, como por ejemplo: la invención del teléfono, del cine y del avión, originaron una nueva sensibilidad del tiempo y del espacio, regida por la velocidad, la simultaneidad y el acortamiento de las distancias.
Sin embargo, ya en la primera década del siglo xx, se vislumbraron los peligros de una aplicación indiscriminada de los hallazgos tecnológicos, sobre todo en la producción de armamentos, que desembocaron en la tragedia de la Primera Guerra Mundial. La guerra y sus secuelas conmocionaron el panorama internacional y motivaron un cuestionamiento de los límites de la razón y del sentido del progreso. La guerra evidenció el desprecio por la vida humana, aumentó el escepticismo e impuso una filosofía hedonista, que proponía gozar el momento. Tras la guerra, se fortaleció notablemente el sentimiento nacionalista y, a pesar de que los vencedores declararon su intención de instaurar regímenes democráticos, muchas naciones terminaron con gobiernos autoritarios: el nazismo en Alemania, el fascismo en Italia y el comunismo en la Unión Soviética.
En este contexto y desde el punto de vista sociocultural, los movimientos de vanguardia surgieron en Europa con un espíritu combativo y rebelde que se oponía a las formas artísticas anteriores.
En América latina, la vanguardia representó una ruptura con la tradición retórica y de armonía formal del Modernismo y trabajó por revolucionar el lenguaje poético a fin de producir un arte tan universal y trascendente como el de las metrópolis europeas, con las que mantenía un contacto fluido.
Los poetas vanguardistas querían inventar, a partir de las posibilidades infinitas del lenguaje, un mundo nuevo en el que no existieran las fronteras culturales. Pero también manifestaban la necesidad de expresar las culturas nacionales a través de la vuelta hacia las propias tradiciones para encontrar las raíces de la identidad latinoamericana.
La palabra vanguardia se origina en el lenguaje de las campañas militares en las que así se designa al grupo de soldados que marcha adelante del batallón; hacia la primera mitad del siglo XIX, en Francia, se comenzó a aplicar como nombre de una tendencia artística que representaba un "avance" con respecto a las anteriores. En el plano propiamente literario, se utiliza, por primera vez, alrededor de los años de la Primera Guerra Mundial. Así la expresión "Iittérature d'avant-garde" traduce el espíritu combativo y rebelde que caracterizó a estos movimientos en el contexto europeo.
Las vanguardias fueron en general movimientos o "ismos" de corta duración, que a pesar de su multiplicidad, tenían en común la búsqueda de la ruptura total con la formas expresivas que habían adoptado la música, la pintura, la literatura, la arquitectura y el cine.
Estos "ismos" se originaron en diferentes países: el Futurismo en Italia, el Dadaísmo en Suiza, el Expresionismo en Alemania, el Surrealismo en Francia o el Imaginismo en los Estados Unidos. Todos ellos se caracterizaron por su rechazo de la realidad objetiva, tal como la habían concebido el Realismo y el Naturalismo decimonónicos. La crueldad de la guerra y la decadencia de valores promovieron una visión del mundo como caos, un sentimiento de angustia y un rechazo visceral de todo convencionalismo burgués. Se buscó expresar la única dimensión concebida como real: las profundidades de la conciencia humana o del inconsciente. Las vanguardias se caracterizaron por el estrecho contacto y por el constante intercambio entre las artes, particularmente entre la literatura y la pintura.
Al respecto, ¿qué puedes decir de los "ismos" vanguardistas literarios?